zeitgeist

lunes, 30 de noviembre de 2009

Se Dejó Venir


“Llegó diciembre con su alegría, mes de parranda y animación”


Llego el mes del año en donde todos gastan lo ganado en el año, para luego arrepentirse los siguientes 11 meses por lo que se hizo, sea comprar un regalo caro, aumentado 7 kilos por el licor y la comida, gastado toda la prima en pendejaditas, haberse acostado con la prima fea, tío bigotudo, haberse casado por despecho, etc.
Este es el mes más pintoresco del año, y más para nuestra querida Colombia, ya que esta impreso en nuestros genes el espíritu de bonanza, de hacer siempre las cosas a una gran escala y exagerar las cosas, característica que no solo tenemos los paisas (como nos han adjudicado). Confieso que soy una especie de “grinch”, que la navidad me deprime y me aburre y que no disfruto ese mes del año, pero también confieso que me causa mucha gracia caminar por las calles de mi ciudad y darme cuenta la creatividad de mis conciudadanos a la hora de hacer sus arreglos navideños.
La llegada de diciembre trae consigo el despelote casero, ocupar el último fin de semana de noviembre para desempolvar las cajas arrumadas en las partes mas altas de los armarios, de debajo de las camas y también, del mal llamado “cuarto útil”, porque no encuentro practico ese nombre como útil ese cuarto, o también el “cuarto de san alejo”, será que san alejo era desorganizado?...le gustaba guardar cachivaches en su cuarto?.....se mantenía revolcado??.....que vaina…
Siempre el árbol navideño ha sido el centro de todo, el protagonista de la festividad, como para los caleños es la salsa en su feria, o como para los paisas es tan importante el fríjol en nuestra bandeja o para Uribe es tan necesario José Obdulio. El árbol es el inicio de la que lo llamo “estrategia pavo real”, la cual consiste (como lo hace el pavo para encontrar pareja) en mostrar lo mejor de la decoración navideña y lo ultimo en adornos y muñecos, luciendo con un orgullo casi paternal las “bellezas” que yacen en el interior de las casas, como tiras peludas de color verde y rojo, el niño dios de 80cms que hace ver a la virgen Maria y a José como un par de enanos, el reno de peluche colgado al lado del baño como tratando de saludar a los que recientemente evacuaron sus deshechos fisiológicos en las tuberías locales, como también el papa Noel que baila y canta “Jingle bells” con una guitarra en sus manos, el cual me parece tan fuera de borda y fuera de contexto porque ni siquiera la 4ta parte de los que tienen ese muñeco saben que dice el sujeto barbudo, seria mas fácil si hicieran una adaptación mas típica de ese muñeco, haciéndolo cantar “Adonai, de Rodolfo Aicardi (Q.E.P.D) , el que invento la navidad no estaba solo de Darío Gómez, o quizás “las marionetas” de el súper combo los tropicales.
Otro de los efectos de la estrategia pavo real es el “emperifollar” el frente de la casa, ya que será la primera vista que los vecinos tendrán de nuestros aposentos. Las bellezas navideñas no paran en este momento, puesto que es más divertido y entretenido ver los frentes de las casas, como ponen al papa Noel en posición de escalada colgado en un balcón, o a un pesebre tamaño gigante en el antejardín, una casa con suficientes bombillos navideños como para iluminar toda una cuadra, la típica estrella con mas bombillos fundidos que los buenos, incluso!, algo que me pareció muy gracioso y curioso, una instalación luminosa de tubos colgada desde el tercer piso de una casa hacia abajo en forma de trenza de pelo, esa casa parecía mas bien el pelo de Paris Hilton que un decorado navideño.

Y las excentricidades no paran, al pasar los días y se adentra mas en el mes, comienzan los preparativos para armar el típico pesebre de cuadra, para rezar la novena y quizás, en la rifa del 24, tratar de ganarse un balón amarillo que pesa mas que un bulto de cemento, o la barbie con un ojo perdido (y el otro buscándolo) o tal vez el muñeco de Batman que no mueve ninguna extremidad, es duro como una panela y que siempre termina en el estomago de algún perro goloso. Esas novenas navideñas son siempre otra oportunidad mas de “chicaneo navideño”, de sacar las plumas frente a decenas de invitados que año tras año leen y re leen el mismo libro de oraciones, el que regalan en el ÉXITO, o el que venia de comprar una MAIZENA; al final de cuentas lo que interesaba en esas novenas (o lo que interesa) es el confite que regalan al final, o las galletas o el hacer meritos para la rifa del 24.

La música es una parte esencial del festejo navideño. Siempre se trata de mantener la tradición y de no olvidar a los genios musicales, como el antiquísimo súper combo los tropicales o el siempre presente Pastor López y sus cumbias llenas de sabor, o el recordar al maestro Octavio Mesa y sus canciones sin tapujos y llenas de humor campesino, aunque estas tradicionales canciones se pueden confundir con el “déle papi déle” o “dale hasta abajo, si te caes yo te subo, pero pegaito a la pared”, o también el “y es que mi cama huele a ti”, será que esa mujer en particular se echaba “pachulí” o quizás estaba a la moda francesa de no usar desodorante.
Siguiendo con la música, es notorio el aumento de decibelios a la hora de oír la música, en diciembre es permitido subirle el volumen al equipo de sonido hasta que los vidrios empiecen a temblar de emoción, para que todos los vecinos puedan darse cuenta de que el espíritu navideño los invadió, o incluso la música es el centro de atención cuando se cierran las calles, se mata el marrano (después de haberlo disfrazado con ropa militar o con la camiseta del equipo de fútbol preferido) y se sacan los “picós” (o pickups, parlantes de mas de 1.50m de altura) y así, entrar en calor con la vecindad y armar el parrandón hasta la amanecida.

Este mes es el mas especial de año para ciertas personas: los comerciantes que hacen mas ventas que en cualquier otro mes, la unidad de quemados de los hospitales por la gente que tira pólvora sin precauciones, los gastroenterólogos que en enero curan los estragos de las “comilonas navideñas” y los plomeros que destapan los evacuaderos decembrinos por las mismas razones anteriores.

Al fin de cuentas, gústennos o no diciembre, creamos o no en el niño Jesús o su amigo el barrigón barbudo, este mes es para reírnos, si no es de felicidad, es para reírnos del vecino: del mas pintoresco, del mas estrafalario, del que se gasta toda la prima acicalando su hogar con bazofia navideña, del que compra el alumbrado mas raro, de la que hace la comida mas propensa a la indigestión, el que se gasto la plata de la nomina el licor para el barrio, el que no supo matar el marrano y se le escapo, el que saco su pistola y lanzo tres disparos al aire para celebrar que su niña por fin se gradúa del colegio, la que hizo el pesebre mas grande que no cabe la gente ni los muebles, en fin……A reírnos de todos se dijo!

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