zeitgeist

jueves, 30 de julio de 2009

INVOLUCION Y DEMOCRACIA

Desde los tiempos de Grecia, de roma, de los antiguos filósofos, aquellos que dedicaron su tiempo a construir tesis de pensamientos, a dedicar sus energías y su corazón a construir sociedades por medio de la palabra, el estudio, la lectura, el debate abierto y la igualdad, desde esos tiempos antiguos se empezó a construir, a cimentar un tipo de sociedad, plasmada en los libros de platón, de Aristóteles y demás, una sociedad donde la “plebe” pudiera tener el mismo acceso a la representación que un general, que un hacendado, en donde el concepto de reyes y amos estaba obsoleto, y lo estaba porque en ese tiempo se empezó a ver que las personas tenían el mismo derecho por ser blancos, negros, amarillos, pobres, ricos, etc.;
Ese derecho que se empezó a construir siglos atrás, siguió transformándose años después, siguió evolucionando, y las mentes brillantes siguieron aportando sus granitos de arena para enriquecer esas tesis, en las cuales se visualizaba un mundo mejor, de igualdad y respeto, de responsabilidades y trabajo mutuo, de acabar los resentimientos y las exclusiones, de paz y de amor propio y por el prójimo.
Todas esas cosas que en más de dos siglos tanta gente trato de construir, que luego los franceses tomaron como bandera y gritaron por las calles una palabra simple, pero que en un contexto social es fundamental e importante, “igualdad”. Miles de estudiantes salieron a las calles, un 22 de marzo del año 1968 a protestar, a gritar y pedir igualdad, a pedir derechos, a exigirlos, a gritarle a la clase dirigente que ellos están sentados allá es por el pueblo, porque el pueblo les dio el poder para ser bien representados, y que si ellos fallaban en su labor, el mismo pueblo podría tumbarlos de la silla.
Tantas cosas, tanto que se ha hecho por sumarle valor y grandeza a la palabra “Democracia”, una palabra que, lastimosamente, ha perdido su significado en este último siglo, ha sido violada y tergiversada a merced de tantos gobernantes.
Esta ruptura de la palabra, esa violación de un término, o más que un término, de un accionar, de una filosofía de vida y pensamiento, de un modelo a seguir, no es más que producto de mentes estúpidas, pero a la vez sagaces y hábiles, de mentes capaces de cambiar las cosas al interés personal, más que el interés colectivo.
Esta democracia que estamos viviendo en este momento es producto de un virus fuerte y doloroso, de una enfermedad terminal para los pueblos, para los ciudadanos comunes y corrientes, esta enfermedad que está afectando de manera considerable a la zona andina del continente americano, Colombia, Venezuela, Ecuador y Bolivia. Esta peste, escondida bajo el manto de la democracia, no es más que el interés por volver a la época feudal, a la época en donde el rey controlaba todo, desde la economía, hasta las decisiones judiciales, Estamos viviendo una fuerte tendencia a devolvernos al siglo XVII, a rendirle tributo al rey, el cual, aparte de tener control total sobre las decisiones de la nación, exige y necesita que le rindamos pleitesía, que nos arrodillemos ante él, que los tengamos en un pedestal como a un “santo”.
El dolor de ver la democracia tan desquebrajada, tan erosionada, y para colmos, tan mencionada, es muy fuerte, además porque vemos una relación inversamente proporcional, entre más destructor de la democracia y destructor de los poderes públicos, más popularidad y votos tiene.
La destrucción de la democracia comienza con el ascenso al poder, al ver que poseen una popularidad mediática, y empiezan a embriagarse de poder se les van distorsionando las mentes, van viendo la necesidad de seguir montados, trepados como simios, cambiando constituyentes, acuerdos de ley, dando prebendas , puestos burocráticos, etc. Acudiendo a lo más vil de la política (que es muy vil y rastrera) que es comprar conciencias (o votos).
En este momento hay muchos términos y accionares que son idénticos, que los usan de igual forma los presidentes andinos, tales como “silenciar oposición”, “cambiar constituciones”, “comprar conciencias”, “control total de los medios”, “reelección”, “re-reelección”.
¿Por qué será?... que pasa en nuestros países que seguimos y seguimos eligiendo a esta clase de dirigentes, que parimos semejantes lideres para que le den un significado más triste y penoso a una palabra ya tan erosionada y distorsionada.
Qué pena hacer parte de un país tan pobre de mente, que no piensa, que sus mentes las dictan los canales de televisión, las revistas de farándula, que no se sientan a pensar en que esa “verdad” que dicen los noticieros, tiene que pasar por edición, tras edición, para no herir las susceptibilidades de los dueños de las cadenas y sus amigos (como los gobiernos), tan triste ver como las cosas más pequeñas son vanagloriadas y mentadas con total ahínco, mientras que tantos males que han causado se quedan en el silencio, en la impunidad absoluta. Da pena ver como se pierden en el pasadizo burocrático tantos clamores populares, como el referendo del agua, la ley de penas drásticas para abusadores de niños, mientras que leyes tan estúpidas y dolorosas, como más reelección y autoritarismo si entran al debate de inmediato….
¿Qué nos pasa?....estamos ciegos, sordos, mudos, somos muy perezosos para hacer algo, estamos tan ocupados viendo como el desempleo cae, la tasa de mortalidad aumenta, el crimen sigue haciendo de las suyas, la educación y la vivienda sigue siendo un sueño para millones, o en realidad estamos más ocupados hablando del vecino, viendo novelas, leyendo el ultimo chisme de parís Hilton (o perris, mejor), haciendo fila para factor X, viendo a tila tequila manosearse con 20 hombres y mujeres para encontrar el “amor”, oyendo hablar a José Gabriel con su inigualable lagartería y lamboneria, esperando que algún día le den alguna cosita, leyendo tv y novelas para ver que angelina Jolie paseo a los hijos adoptados por Disney Word, o cualquier otra estupidez convertida en noticia o en producto de discusión.
Se ha vuelto más importante saber de farándula que saber qué es lo que pasa en nuestro país, en nuestro territorio, saber por qué la economía no sube, o por que los indicadores dicen que la economía va bien, mientras vemos más gente en la calle en plan “rebusque”, vemos más niños trabajando y no estudiando, mas jóvenes sin futuro sentados en una acera viendo como la vida les pasa, ancianos pidiendo una moneda para comprar un par de pastillas, etc, etc.
Mal el saber que estamos en involución, que la democracia se quedó en un papel y en las cátedras académicas, pero que a la práctica no son más que sueños rotos, esperanzas muertas y utopías, que el tener un gobierno del pueblo y para el pueblo es algo inalcanzable, que cada día somos dominados por una minúscula parte que controla la mayor parte (irónico), que las riquezas son explotadas y extraídas para beneficio de pocos y el dolor de muchos, vergüenza por saber que vivo en un país de montoneros, que siguen la corriente sin importar para donde van, de gente que vive en la ignorancia colectiva y no hace nada por remediarlo, de una dirigencia política manchada con sangre.
¿Dónde quedaron los sueños y las luchas de tantos hombres y mujeres, donde quedaron los anhelos de todos por paz, libertad, salarios justos, salud universal y buena, educación al alcance de todos, empleo, y sobre todo, IGUALDAD….donde quedó?

Remato esto plasmando una frase que diría alguna vez el señor Jorge Eliecer Gaitán.
“Yo no soy un hombre, soy un pueblo…..y el pueblo es superior a sus dirigentes….”

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